miércoles, 15 de agosto de 2012

"Aprendiendo a trabajar" III: la reproducción social de las clases

“Aprendiendo a trabajar” es un proyecto en el que se relacionan las formas culturales con los distintos factores políticos, sociales y económicos propios del capitalismo de los años 70. La cultura de “los colegas” no se estudia aisladamente, sino que se analizan sus relaciones con la cultura de fábrica y con la cultura institucional de la escuela, dentro todo ello del marco de una sociedad de clases capitalista.
Una de las tesis principales del autor es que, aunque parezca contradictorio, las propias formas culturales de “los colegas” están implicadas en el proceso que les lleva a abandonar pronto el sistema escolar e incorporarse a trabajos no cualificados. Lo que desde la cultura contraescolar se vive como una forma de liberación, paradójicamente los introduce en una dinámica desfavorecedora de opresión y explotación. Según Willis, la cultura contraescolar, de manera similar a la cultura obrera, busca resistir y subvertir las formas de autoridad institucionales.
En mi opinión, estos análisis hacen una aportación importante para la compresión teórica de las relaciones de clase en la sociedad capitalista. Willis tiene muy presente la obra de Marx en su trabajo. Su postura política se asemeja a la de éste, pues como comenta en los análisis de la segunda parte del libro, muestra un rechazo hacia el capitalismo y las relaciones de opresión sobre la clase obrera. La obra de Marx considera prácticamente sólo aspectos económicos en las relaciones de clase. Las clases están definidas por la propiedad de los medios de producción, existiendo la clase capitalista (que posee estos medios) y la clase obrera. Sin embargo, Marx no da importancia a los aspectos culturales a la hora de comprender las relaciones de clase. En este aspecto es donde Willis hace una aportación importante. Sus análisis de las relaciones de clase tienen en cuenta factores culturales. La reproducción social requiere de un análisis cultural para ser comprendida en su totalidad (y cambiada). Además, aunque la clase obrera sufre la opresión y la explotación, tiene unos ciertos mecanismos culturales que hace que no siempre esté sujeta a esa dominación y que tienen capacidad para subvertir los valores impuestos por la clase dominante.
Si bien Willis da un paso más que Marx para la compresión de las sociedad de clases capitalista, es interesante mencionar aquí a otro autor que creo que da todavía un paso más allá: Pierre Bourdieu. Para Bourdieu, la propia existencia de las clases en el sentido de Marx es cuestionable. No existe de por sí una clase concebida como “un grupo movilizado en pos de unos objetivos comunes y en particular contra otra clase(*). Las personas comparten un determinado espacio social. En este espacio, gente que se encuentra próxima, que comparte intereses y tiene afinidades, podría llegar a formar una clase “real” que se movilice políticamente.
¿Podrían “los colegas” ser parte de una misma clase social desde este punto de vista?Aunque comparten ciertas predisposiciones (habitus) y están próximos en el espacio social, en principio podríamos responder que no.
A pesar de sus diferencias, creo que Willis y Bourdieu están de acuerdo en una cosa fundamental. Desde distintos enfoques disciplinares y distintas metodologías comparten la idea de que el componente cultural tiene un peso importante en la reproducción de las clases sociales. 
 
(*) Las referencias al pensamiento de Bordieu se basan principalmente en su obra “Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción”, capítulo 1 (1997) Barcelona: Anagrama.

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